Solemnidad de Cristo Rey

La paradoja de un Rey clavado en la cruz nos recuerda lo que Jesús había dicho a Pilato: “mi reino no es de este mundo”. Su reinado es, en verdad, especial. Él tuvo que ir corrigiendo la idea de realeza y mesianismo que tenían sus discípulos. Cuando le quisieron nombrar rey, después de la multiplicación de los panes, se escapó. Él no había venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida por todos. Ahora
está, por tanto, en la plenitud de su realeza porque está en la plenitud de su entrega.

Domingo, 23 de noviembre, 2025 | Homilía Pbro. Carlos Chavarría