XXVII domingo del Tiempo Ordinario – En el Evangelio, Jesús nos invita a purificar las intenciones y las motivaciones de nuestro trabajo. Al menos en algunas épocas de nuestra vida, a todos nos cuesta creer. No tenemos la misma fe de Abrahán, que obedeció y se puso en camino sin saber a dónde le llevaba
Dios. Ni la de María, que aceptó el plan de Dios en su vida, aunque luego el anciano Simeón le avisó que una espada le iba a atravesar el alma. Tal vez merecemos también nosotros la queja de Jesús: “Hombres de poca fe, ¿por qué dudan?”. Tendremos que pedir a Dios, con voz bastante fuerte: “¡Señor, auméntanos la fe!” . Descarga la homilía completa de este domingo aquí.
Domingo, 5 de octubre, 2025 | Homilía Pbro. Carlos Chavarría