En esta semana he releído un documento del Pontificio Consejo para la Familia que fue elaborado en 1983, y creo que es de una importancia fundamental no solo para las familias cristianas, sino para todas las personas, especialmente aquellas que ejercen algún tipo de autoridad dentro de la sociedad. Estoy hablando de “La carta de los Derechos de la Familia”. Es un documento conocido fundamentalmente a nivel de especialistas, pero su lenguaje es asequible a todos y debiera ser un instrumento que deberíamos conocer muy bien, sobre todo en estos tiempos cuando la familia está siendo ataca de forma virulenta por las ideologías individualistas, relativistas y de género.
La finalidad que persigue este documento es “presentar a todos nuestros contemporáneos, cristianos o no, una formulación —lo más completa y ordenada posible— de los derechos fundamentales inherentes a esta sociedad natural y universal que es la familia”. La carta nos hace ver que estos derechos que son enunciados “están impresos en la conciencia del ser humano y en los valores comunes de toda la humanidad” y, por tanto, “la sociedad está llamada a defender esos derechos contra toda violación, a respetarlos y a promoverlos en la integridad de su contenido”. Esta Carta se vuelve un compendio, en el cual, se recopilan los capítulos más importantes de la enseñanza Magisterial de la Iglesia sobre este tema. En el preámbulo de este documente se afirma categóricamente que “la familia, sociedad natural, existe antes que el Estado o cualquier otra comunidad, y posee unos derechos propios que son inalienables”.
Realizar una Carta de los derechos de la familia es una recomendación explicita de los obispos que participaron en el Sínodo sobre la familia que se realizo en el año 1980. Lo triste es que pocas personas conocen esta pequeña perla de la doctrina de la Iglesia. La riqueza que trasmite este documento sobre la naturaleza de la familia y la importancia que tiene esta en el desarrollo de una sociedad, no es solo para los cristianos. Además, nos da herramientas que nos serán de mucha utilidad, no solo en la implementación de planes a nivel global, sino que también a nivel particular en nuestra propia familia. Este es un eslabón importante en la defensa de esta sociedad natural que es parte inherente de la vida de todo ser humano.
Por supuesto, que en un artículo como este no se puede hacer una sinopsis exhaustiva de este material, pero les hago la invitación a que puedan buscarlo y leerlo con mucho detenimiento. Lo pueden bajar de la página del vaticano www.vatican.va . En el documento se va descubriendo poco a poco, a medida que se avanza en la lectura, porque en El salvador tenemos una realidad familiar tan menoscabada por los embates del individualismo y el relativismo, ya que muchos de los derechos de la familia son violentados.